Hace relativamente poco, una modelo Essena O’Neill empezó una campaña en Redes Sociales en la que hacía ver que vivía presionada por las apariencias en redes sociales, admitía que le pagaban entre 400 – 2000 dólares por cada tweet o post de Instagram y que en fin, que era todo muy horrible porque en realidad tenía granos, metía tripa, y se hacía 50 fotos hasta que su escultural cuerpo lucía lo suficientemente bien: Un dramón.
Su «triste» historia no es la que nos ocupa hoy, sino precisamente todo lo contrario (aunque no quede tan bonito decirlo), se dice que Cristiano Ronaldo puede llegar a cobrar cientos de miles de euros por un tweet, y de hecho muchas empresas se dedican simplemente a lidiar y tratar con e-fluencers para comerciar con ciertas «opiniones».
Pero… ¿Y nosotros, tristes ciudadanos de a pie (con tripas que ni siquiera metiéndolas y tras 50 fotos podrían lucirse como la de ésta modelo de 18 años), cómo podemos calcular cuanto valemos?
La influencia no significa número de seguidores.
Desde luego, ya hay que ir sabiendo que desde luego no se mide simplemente por el número de seguidores. Hay un truco muy sencillo en Twitter, si sigues a mucha gente ellos normalmente te devuelven el follow. A los pocos días dejas de seguir a los que no lo han hecho, y vuelves a seguir unos cuantos más. Con éste estúpido método puedes llegar a hacerte con miles de seguidores en algo así como un par de meses.
Lógicamente si es lo único que haces serán seguidores que no te valdrán para nada.
Así que, ¿cómo diferenciamos quien tiene seguidores que sí valen para algo?
- Por el número de interacciones: Retuits, Me Gusta, respuestas, conversacones.
- Por el número de listas en las que estás (significa que es gente que realmente está leyendo lo que pones)
- Las veces que has logrado convertir: Es decir, la cantidad de veces que por haber puesto un tuit, has conseguido algo.
- Número de #FF recibidos.
- Seguidores activos vs seguidores Fake.
(Ver más en éste poste de Ciudadano 2.0)
Herramientas para analizar influencia (con herramientas gratuitas)
- HowSociable: Bien chula y rápida, pones el nombre de tu marca (o tu nombre) y te dice cómo de posicionada está en redes sociales. Ahora, como todas, para saber las cosas importantes te piden que «sueltes la pasta».
- TwitterCounter: Especial para Twitter, con poca cosa de forma gratuita pero que te puede ayudar a darte una idea de tu progresión de followers vs followings.
En éste post de Ignacio Santiago tenéis estas y más, eso sí, de pago.
Hablando en Plata, ¿Cuánto podrías llegar a cobrar?
Pues en éste post de Victor Martín (de donde hemos copiado las imágenes que verás a continuación) se nos habla exactamente de eso. Y lo cierto es que si no eres Essena O’Neill o Cristiano Ronaldo seguramente no vas hacerte rico. Victor Martín, que es un blogger muy reputado, recibe ofertas de 3€ por tuit así que, el nuestro seguramente valga muchísimo menos que un café.
Esto son los precios que se tienen en Estados Unidos (vamos, aquí ya sabes que siempre vamos a otro ritmo).
Y esto son los aspectos que suelen tenerse en cuenta a la hora de pagar un tuit o un post patrocinado.
Lo cierto es que lo que se puede cobrar por un post o por un tuit se negocia de formas bastante creativas entre el anunciante y el propietario de la red social. Lo adecuado es que, si tienes ganas de empezar a cobrar por éste tipo de cosas, te hagas con un media kit que puedas enviar a las agencias o los anunciantes que quieran saber qué hacer para aparecer en tu blog y sobre todo, te preocupes por tener relevancia tanto en tus redes sociales como en tu blog.
Lo bueno de ésta nueva generación de publicidad es que las formas de colaboración son tan diferentes y creativas como cada usuario y anunciante sean capaces de imaginar, y el hecho de que sea muy difícil estructurarlo todo, es lo que en el fondo lo hace divertido y apasionante.